sábado, 17 de noviembre de 2012

LA VILLA DE LA OLMEDA

La cercana villa de la Olmeda es una de las obras más representativas del arte romano en la Península ibérica, y hay que hacer un breve resumen de ella para integralo en nuestros apuntes, ya que nadie lo ha hecho... en este enlace de wikipedia teneís información suficiente para esta actividad. Lo mismo habría que hacer con los otros dos monumentos más importantes: el Teatro de Mérida y el Acueducto de Segovia.

Enlace

                   

TEATRO DE MÉRIDA

 
 
Teatro de Mérida (Emerita Augusta), en Mérida, Badajoz.
 
El cónsul romano Marco Agripa fue el principal promotor de su construcción, que se comenzó hacia en el año 16 a.C. Las modificaciones fueron continuas, y ya, en el año 105 se levantó un nuevo frons scaenae, remodelado posteriormente en el 333. De su primer diseño quedan el porticus postscaenae o parte posterior de la escena, y el graderío.

Su diseño se basa, como casi todos los teatros romanos, en los modelos vitruvianos. Consta de un graderío semicircular para 5.800 personas dividido en tres alturas, la ima -22 gradas y 6 puertas-, media -5 gradas- y summa cavea -5 gradas- . Como era habitual en estas obras, se utiliza la ladera del monte San Albán para facilitar su construcción. Tiene un diámetro de casi 96 m. A estas gradas se accedía mediente 13 puertas que comunicaban con los vomitorium. En su centro y parte más baja se sitúa la orchestra también semicircular -de 30 m. de diámetro-, con las tres gradas de la poedria, reservadas para la alta sociedad emeritense y delimitada con un murete semicircular de separación o "balteus". Esta orchestra estaba recubierta de mármol, y en su frente se levanta la vertical del podium, el frons pulpiti, compuesto sucesivas exedras rectas y curvas. Además de la 13 puertas de acceso al graderío, tiene dos más para entrar en la escena, todas ellas con pasillos abovedados.


El frons scaenae, o frente de la escena es elemento más conocido del conjunto. Sobre podiums de 2,5 m. de altura, recubiertos de mármol, se elevan dos cuerpos de columnas corintias de casi 30 m. Las basas y capiteles de mármol blanco y los fustes de mármol azul. Sobre cada orden de columnas se extienden sus correspondientes entablamentos con arquitrabe, friso y cornisa, todos ellos decorados. Entre estas, se situan estatuas imperiales divinizadas, dioses y personajes clásicos: Ceres, Plutón, Júpiter, Proserpina... Entre todo este conjunto se abren las tres puertas de acceso a la escena, la central -valva regia- y las laterales -valva hospitalarium-. Por detrás de esta fachada hay diversas estancias para actores y demás personal.
La superficie del escenario, el pulpitum, estaba recubierta de madera bajo la cual se distribuían los útiles necesarios para la formación de los telones, decorados y demás elementos de la escena.
En la parte posterior de la escena, fuera del teatro en sí, se construyo un jardín porticado, presidido por una pequeña cámara consagrada al culto imperial. Por su lado este se accede al una domus, la casa del teatro-, con peristilium y ricos mosaicos. En el fondo, en un lateral de la plaza, se localizan unas letrinas de uso público.

Las modificaciones continuaron: en tiempos de Trajano se sustituyó parte del graderío central, en la ima cavea, por un santuario -sacrarium- de culto imperial. En el año 333 se pavimentó nuevamente la orchestra y se modificaron las puertas de acceso.

Una vez implantado el cristianismo en el mundo romano, las representaciones, consideradas paganas, son prácticamente suprimidas, y el teatro cayó en desuso hasta nuestros días, que, una vez restaurado, es escenario frecuente de grandes representaciones.


FUENTE: ARTESAUCE

SAN VITAL DE RÁVENA

LOCALIZACIÓN

Iglesia de San Vital, en la ciudad italiana de Rávena. Comenzada a construir en época ostrogoda, es encargada por el obispo Eclesio (522-532) y financiada por un banquero local (argentarius) llamado Juliano, quien gastó en ella la suma de veintiséis mil solidi. A la  muerte de Eclesio la construcción continua con el obispo Víctor (538-545). Los mosaicos del presbiterio y del ábside se comenzaron en 546 bajo el obispo Maximiano quien consagra la iglesia en 547, ya en el período de dominación bizantina. El arquitecto pudo ser occidental, pero conocedor de la arquitectura que se estaba creando en la corte de Constantinopla.

            

A primeros del siglo X se instala al lado de la basílica un convento de monjes benedictinos. Debido a las nuevas necesidades, el atrio existente fue transformado en claustro realizándose un nuevo acceso al noreste para los laicos. En el siglo XIII se añade un campanile sobre la base de la torreta meridional de acceso al gineceo; de esa época data la transformación de la cobertura lígnea de las arcadas en bóvedas de crucería. En el XVI se eleva el pavimento en 80 cm. por problemas de infiltraciones acuíferas renovándose el presbiterio eliminando el ciborio tardoantiguo y la decoración en opus sectile e insertando un coro de madera. Por la mismas fechas se reconstruye el claustro bajo el proyecto de Andrea della Valle (1562) y se realiza el acceso por el portal sur. En 1688 un terremoto destruye el campanile y se reemplaza por el actual en 1696-98.
A partir de mediados del siglo XIX y hasta la primera década del XX, se realizan obras para recuperar el edificio en su forma original eliminándose las estructuras internas añadidas y devolviendo el suelo a su nivel, solucionando el problema de las filtraciones mediante un sistema de drenaje.


ANÁLISIS FORMAL

La planta: planta central, octogonal, que está precedida de un nártex y un atrio, aunque este último hoy día no existe. El nártex se alarga por dos lados del octógono. Tras los dos lados del octógono y el límite del nártex o pórtico se configuran dos espacios triangulares a cuyos lados se apoyan las dos torres escaleras, que servirán para acceder tanto a la parte superior del pórtico como a la tribuna de la parte superior. Las caras exteriores del octógono están partidas por pilastras.
Profundo presbiterio y ábside que le continúa. A ambos lados del ábside se sitúan dos pequeños espacios rectangulares que comunican con dos pequeñas capillas circulares, que, a su vez, rematan en otros espacios rectangulares.
En realidad se trata de un espacio interior único, sabiamente organizado con la ayuda de apoyos, pilares y columnas, entre la sala central octogonal y el deambulatorio. Unos amplios vanos abiertos aseguran la comunicación entre estas dos partes del edificio.
-El alzado: la forma geométrica de la planta condiciona toda la estructura del edificio. El vértice de la cúpula y los correspondientes puntos externos sobre la planta configuran un triángulo equilátero. Esta forma, además de la referencia simbólica a la Trinidad, condiciona todo el plan del alzado. Se trata de algo totalmente nuevo y desconocido en que se conjugan las novedades de Oriente y Occidente.
La cúpula se eleva a gran altura, sobre un tambor octogonal, posibilitado porque el material empleado para su construcción no fue el ladrillo, sino tubos huecos de tejas enchufadas en hileras horizontales, que evitan el excesivo peso. Así se permitía elevar y cubrir grandes espacios sin el problema de los empujes derivados de materiales más pesados.
Bajo el tambor, el cuerpo del edificio se ensancha en otro octógono, salvándose esta distancia, al exterior, por un tejado que arranca del nivel de ventanas del tambor. En el interior, bajo la corona octogonal de la que arranca el tambor, ocho grandes pilares se prolongan hasta el suelo. Estos pilares culminan en unos arcos de medio punto que ocupan los lados del polígono y los entrelazan entre sí. Entre los pilares, dos pisos de tres arcos de medio punto, apoyados en dos columnas con basas escalonadas y cimacio sobre capitel, van girando, cerrando, enmarcando dichos espacios, creando unas exedras que, como anillos, configuran este espacio central.
Entre estos apoyos y el muro se crea otro espacio, que, a su vez, se divide en dos pisos: el inferior o deambulatorio y el superior o tribuna. La cubierta se realiza a base de unas bóvedas de arista en cada lado del octógono. A través de las arcadas, se comunican los dos espacios del interior de la iglesia, siendo uno la continuación del toro, y creando un espacio único.
Uno de los lados del octógono exterior e interior se interrumpe para dar lugar al presbiterio, rectangular que cierra en un ábside. Se accede al presbiterio a través de un gran arco y se cierra con el ábside. El presbiterio está cubierto con una espléndida bóveda. Este ábside está formado por un espacio semicircular, como un gran arco de triunfo inscrito en una bóveda de cuarto de esfera, en el que se abre un triple ventanal. Un muro prolonga este espacio semicircular, en el que también se abre un triple ventanal, separado por dos columnas.

-Los materiales: el ladrillo constituye el elemento básico de la construcción y representa la tradición central de la arquitectura bizantina. Los arcos, las bóvedas y cúpulas se construían exclusivamente de ladrillos; también utilizaban hiladas de mortero. Después eran recubiertos en algunas zonas por mármoles y una rica decoración.
-Los vanos: los muros del octógono se interrumpen para dar cabida a una serie de ventanas que dan una gran luminosidad en el interior del edificio. Existen dos hileras de ventanas, superpuestas, alrededor del gran octógono exterior, correspondiendo seis, tres sobre tres, en cada uno de los lados, excepto en el que están colocados el presbiterio y el ábside.
Cada octógono está dividido en tres franjas verticales formadas entre dos pilastras de escaso resalte y otras dos más gruesas en los ángulos. Una cornisa horizontal, a su vez, marca, divide y diferencia claramente los dos pisos. En cada uno de estos seis espacios del octógono, como en una malla, se sitúa una ventana con arco de medio punto, haciendo que el muro quede aligerado y dé una sensación de gran equilibrio.
Rematando el octógono, se superpone otro de menores dimensiones sobre el que cierra una cúpula. En este segundo cuerpo, que funciona como un tambor, se abren también ocho grandes ventanales, uno en cada lado, que dan una gran ligereza a la cúpula y aumentan el sentido de la verticalidad tanto en el exterior como en el interior de la iglesia.
-Elementos de soporte y descarga: Los constructores del edificio de San Vital conjugaron tan hábilmente todo el sistema de carga y contrarrestos con un sistema tan admirable como pocas veces se ha conseguido en la historia de la arquitectura. La solidez y la ligereza forman una síntesis admirable, y sin duda la herencia oriental está presente.
Los empujes generados por la cúpula son recibidos por el tambor octogonal. Los pilares y columnas del interior, así como el propio muro exterior ayudado por las pilastras, que funcionan como contrafuertes son elementos claves en el sistema. Pero las propias bóvedas de la tribuna, y deambulatorio a la vez que generan empujes, sirven de contrarresto.
Por otra parte, en la zona del ábside, puede también observarse el escalonamiento descendente de los empujes desde la cúpula hasta el suelo, a través de una perfecta articulación a semejanza de la iglesia de Santa Sofía: cúpula-muro del tambor-bóveda de la tribuna-muro del octógono-ábside-capillas absidiales-zonas rectangulares-suelo.


-Valoración estética:
-Desde el exterior: Simplicidad y claridad arquitectónica.; Concatenación armónica del muro y el vano, del vacío y el lleno; ritmo conseguido a base de la repetición de un módulo; equilibrio de lo horizontal y vertical, compensándolo mutuamente los listones verticales de las pilastras y las cornisas del tejado y de entre pisos; perfecta articulación de los volúmenes del conjunto absidal.
-Desde el punto de vista del interior: Máxima sugestión provocada por el giro de las pilastras y columnas, revestimiento de los preciosos mármoles, los delicados trabajos de los capiteles y los riquísimos mosaicos; intención espacial consistente en dilatar el octógono, negar su forma cerrada geométrica, ampliar indefinidamente el espacio; eliminación de toda sensación de peso y de sostén, convirtiéndose en algo sutil y casi inmaterial; ordenación rítmica y a la vez dinámica; predominio de la verticalidad y ascensionalidad, conseguido, tanto por unos esbeltos pilares, como por la cúpula que corona el espacio sobre las ventanas del tambor; el presbiterio no hace sino enriquecer los puntos de vista y convertirse en un elemento de fuga que dinamiza más todo el conjunto; en definitiva, el interior contrasta enormemente con la austeridad del exterior.


FUENTES:  Gemma Mireia Mon Sansó
                    Educarex

sábado, 10 de noviembre de 2012

SAN APOLINAR IN CLASSE


 


 

Es una iglesia de estilo bizantino de planta basilical, de influencia romana. Se ubica en Classe, cerca de Rávena. Es un templo consagrado en el 547 a San Apolina, primer obispo de Rávena.
 Es un basílica de tres naves, con un ábside poligonal en el cabecero, con dos capillas laterales. Las naves son separadas por una hilada de 12 columnas de pase de pilar (base cuadrada), que soportan arcos de medio punto. La nave central es más ancha y alta, abriéndose unos vanos al exterior, por lo que penetrará la luz, que ilumina la decoración en mosaicos del interior, provocando una sensación de ingravided e inmaterialización. A los pies de la iglesia, aparece un nartex, como ocurre en este estilo, pero también en el paleocristiano.

El interior aparece desnudo, excepto el ábside, decorado con un excelente mosaico. Toda la decoración de la zona del ábside se remonta casi a mediados del siglo VI y puede dividirse en dos zonas:
    File:Ravenna BW 4.JPG
  1. En la parte superior un gran disco cierra un cielo estrellado sobre el que se sitúa una cruz con piedras preciosas, que simboliza el cruce de los brazos y la faz de Cristo. Sobre la cruz se ve una mano que surge de las nubes: es la mano de Dios. A los lados del disco están las figuras de Elías y Moisés. Los tres corderos situados un poco más abajo, justo donde empieza la zona verde, con el hocico vuelto hacia la cruz simbolizan a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan: es claramente una representación de la Transfiguración de Cristo en el Monte Tabor.
  2. En la zona más baja se extiende un verde valle florido, en el que hay rocas, arbustos, plantas y aves. En el centro se erige solemne la figura de San Apolinar, primer obispo de Rávena, con los brazos abiertos en actitud orante: de hecho está representado en el momento de elevar su plegaria a Dios para que conceda la gracia a los fieles que están a su cargo, representados por doce ovejas blancas.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

SAN VITAL DE RÁVENA

SANTA SOFÍA

ARTE PALEOCRISTIANO

SANTA SOFÍA DE CONSTANTINOPLA



ESTILO: Arte Bizantino.

GÉNERO: Arquitectura religiosa. Templo. Interior
CRONOLOGÍA: 1ª Edad de oro del Arte Bizantino. Siglo VI d.C. (532-537). Constantinopla, actual Estambul.
AUTOR: Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, por encargo del emperador Justiniano.


ANÁLISIS:


Internamente se divide en tres naves longitudinales; la central, más ancha, está separada de las laterales por columnas y gruesos pilares, destacando un espacio central casi cuadrado entre dos trapecios o pechinas, y con cuatro exedras angulares. El edificio propiamente dicho va precedido, en los pies, de un atrio y doble vestíbulo.

El material constructivo corresponde a mármoles de diversos colores en columnas y pavimento, y parece razonable que se haya utilizado piedra ensillares para los pilares. En los muros, piedra y ladrillo, y en las cubiertas ladrillo o algún otro material liviano. El muro, según muestra el plano, es muy grueso, pues así lo exige el sistema constructivo que se ha empleado; tiene sin embargo, una apariencia desmaterializada, gracias al empleo que se ha hecho de la luz -se presenta perforado de ventanas-, y también del color, aportado por mármoles y mosaicos. Como soportes se da gran importancia a las columnas, con basa, fuste liso y monolítico y capitel en forma de tronco de pirámide invertido con cimacio, fundido en capitel-imposta. Es muy importante su papel en el conjunto, al formar una especie de cortina que separa el espacio central de los laterales. Existen, además, pilares enormes, cuyo interés, desde el punto de vista constructivo, es primordial. En planta apreciamos, así mismo, grandes estribos o contrafuertes exteriores,exigidos por necesidades de la cubrición. Se ha empleado, sistemáticamente, el arco de medio punto, como se observa en la fotografía del interior.
La cubierta está formada por una enorme cúpula con nervaduras meridianas y un anillo de ventanas en la base. Se apoya en cuatro pechinas, soportadas, a su vez, por cuatro arcos sobre pilares macizos y reforzados por estribos exteriores. Presenta un ingenioso sistema de contrarresto, tanto en sentido longitudinal –dos medias cúpulas apoyadas por otras dos secundarias más pequeñas-, como en el transversal, utilizando las cubiertas de las galerías (bóvedas de arista), para transmitir la carga. La gran cúpula central de media naranja mide 31 m. de diámetro y está inscrita en un cuadrado, apoyándose sólo en cuatro puntos, las cuatro pechinas, a diferencia de las bóvedas o las cúpulas de la antigüedad (así la cúpula del Panteón de Agripa se apoyaba en un muro circular que llevaba el peso directamente al suelo). La cúpula mide 55 metros de altura, y para aligerar peso, está perforada por cuarenta ventanas, que permiten la entrada de los rayos sol que se reflejaban en los mármoles y mosaicos, dando como resultado una visión lujosa y refinada. Exteriormente, la gran cúpula no aparenta la importancia de la obra, pues está disimulada por un tambor cilíndrico.
La decoración es un elemento fundamental de este interior. Está constituida por elementos de diversa índole: arquitectónicos (columnas, arquerías), escultóricos (relieves a bisel y trépano de los capiteles de las columnas), mosaico (visible parcialmente en la cúpula) y en los pavimentos. Se ha empleado en ella materiales costosos (mármoles de diversos colores, mosaicos), y en sus temas muestran predominio de lo geométrico, vegetales estilizados y posiblemente figurativos. El espacio interior que se ha conseguido crear es el mejor exponente de los valores plásticos del edificio. El conjunto es armónico y equilibrado. La composición espacial está dominada por un núcleo central, cubierto por la gran cúpula, que se alza libre. Este reducto es todo un prodigio de espacio, luz y color, en el que la masa arquitectónica parece desmaterializarse, efecto que ha sido posible, en primer lugar, gracias a un perfeccionado sistema de contrarrestos, dispuestos de tal forma que quedan ocultos a la vista, y en segundo por la impresión que causa el muro, cuyo grosor queda disimulado al calarse con ventanas y arquerías. Más importante, sin embargo, es el tratamiento que se ha concedido a la luz: entra por diferentes ventanas, que varían según la hora, y resbala por paredes y pavimentos; sus juegos con las sombras se asocian al aplanado relieve y a un uso, muy hábil, de la policromía, dando como resultado la disolución de las formas, en un ambiente casi irreal.

COMENTARIO:


Tanto la gran cúpula sobre pechinas, descargando el peso en  semicúpulas, como el espacio centralizado son rasgos inconfundibles de la arquitectura bizantina. Todo ello nos sitúa el edificio en la etapa de Justiniano, s. VI, Sta. Sofía de Constantinopla. Se trata de un edificio único y original, de carácter religioso, que combina el modelo profano romano de planta central, con el basilical paleocristiano y se convierte en el logro arquitectónico más espléndido, no sólo de la etapa de Justiniano, sino de toda la arquitectura bizantina. Se construyó entre el 532 y 537, para sustituir a una iglesia anterior, también dedicada a la «Divina Sabiduría».

Se trataba de una obra excepcional por sus dimensiones y lujo: era la iglesia palatina de los emperadores . Fue el centro espiritual del Imperio bizantina, catedral de los patriarcas, escenarios de los actos estatales trascendentes y marco de un esplendoroso ceremonial en el que se manifestaban el poder y la dignidad del imperio teocrático de Justiniano y sus seguidores. Sus artífices, Isidoro de Mileto y Artemio de Tralles, geómetras, matemáticos e inventores de ingenios mecánicos, fueron los maestros de construcción y centraron su interés en el interior, donde se hacen patentes las tendencias cesaropapistas que funden «imperium» y «sacerdotium».Luz y color, símbolos del mundo invisible y de la divinidad, se derramaban tan solo sobre el clero, el Patriarca y el Emperador, a quienes se reservaba el espacio de la nave central. El pueblo, relegado a las naves laterales y las tribunas, permanecía en la sombra admirando de lejos estas manifestaciones de gloria divina.
El emperador Justiniano no regateó ningún esfuerzo ni dinero par conseguir que este templo poseyera la grandeza conveniente. El hecho que se construyera en sólo cinco años, dadas sus dimensiones, responde a los medios financieros que se pusieron a su alcance (se importaron mármoles de todos los rincones del imperio), y al ágil sistema constructivo de los albañiles bizantinos, consistente en alternar hiladas de ladrillo con capas de mortero. Al fin de aligerar el peso de la cúpula, se utilizaron tejas esponjosas y ánforas engarzadas en gruesos lechos de cemento. Los mismos cronistas de la época advertían la ligereza de la cúpula, afirmando que parecía flotar en el aire, o estar suspendida del cielo por una cadena de oro. Era tal la obsesión de Justiniano por verla terminada que se hizo levantar una habitación dentro con el fin de seguir directamente el desarrollo de las obras. El mismo emperador departía y discutía diariamente con los arquitectos, y el pueblo pensaba que las dudas que aparecían en la construcción eran resueltas por el emperador tras consultar con un ángel.
La obra fue clave en la arquitectura justinianea, pero pocas fueron proyectadas en su línea y desde luego ninguna de su envergadura: era excesivamente audaz, como mostró el hundimiento, ya en el 563, de su gran cúpula, que hubo de ser reconstruida por Isidoro el Joven, con algunas variaciones sobre la original. Sin embargo, a partir de ella, se impone en la arquitectura bizantina la afición a las cúpulas, dentro de conceptos más sobrios y tradicionales. De la misma época se hacen las Basílicas de los Santos Sergio y Baco, la Iglesia de Santa Irene o la Iglesia de los Santos Apóstoles, todas en Constantinopla. La cúpula seguirá presidiendo, con variantes locales, las iglesias en las etapas posteriores del Imperio (2ª y 3º edades de oro), tanto en Italia (San Marcos de Venecia), Grecia, Bulgaria, Ucrania (Santa Sofía de Kiev) o Rusia (Iglesia de San Basilio de Moscu). Tras la conquista otomana fue convertida en mezquita; se añadieron cuatro esbeltos minaretes, mientras que interiormente se ocultaron, bajo revoco, los mosaicos figurativos y se colgaron cuatro grandes escudos, con versículos coránicos, en los pilares que flanquean el ábside y la entrada.

CONTEXTO HISTÓRICO:


El Imperio bizantino es el heredero del Imperio romano de Oriente y continuará durante toda la Edad Media el legado de la cultura Clásica. Se mantendrá intacto ante los ataques de los pueblos bárbaros, que hacen caer al Imperio romano de Occidente, pero tendrá un duro rival en el Imperio islámico, que pondrá fin en 1453 con la caída de Constantinopla, a diez siglos de Imperio bizantino. Será con Justiniano en el siglo VI d.C. cuando Bizancio alcance la época de mayor esplendor, amplíe su territorio, unifique las leyes y haga las más gloriosas construcciones arquitectónicas; y todo ello basado en tres pilares: la cultura griega, la estructura romana del estado y la religión cristiana. Se caracterizará por el cesaropapismo teocrático, el lujo, la pompa y la riqueza propia de Oriente y por tener una cultura simbólica, abstracta y muy intelectualizada. Y así su arte se caracterizará por el predominio de la arquitectura sobre el resto de artes, por la ligereza y pobreza de los materiales (ladrillo, barro), pero recubiertos de materiales lujosos, como mármoles y mosaicos, por el sentido espacial de lo aéreo, la cúpula, y por el rechazo de representar las figuras humanas, que conllevó la Querella de los Iconoclastas en los siglos VIII-IX d.C.



Fuente: http://artetorreherberos.blogspot.com.es

EL RELIEVE PALEOCRISTIANO

Los primeros sarcófagos cristianos aparecieron a finales del siglo II, aunque la mejor época de los mismos será el periodo que se extiende entre los años 340 y 370, a la que pertenece el sarcófago que vamos a analizar. Éste es un tipo de enterramiento costoso, por lo que sólo los cristianos acomodados podían permitirse ser enterrados en estas obras de arte. En el siglo IV aumentó el número de estas obras en la medida que los altos funcionarios imperiales se convertían al cristianismo.
Hay tres modelos básicos de sarcófagos cristianos que repiten los modelos "paganos" preexistentes, que pueden combinarse entre sí.
  • Están los que se decoran con un único registro con distintas escenas mezcladas en un friso corrido, como éstos del Museo Vaticano en donde se intercalan seguidas y sin separación escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento.
En el primero, de mediados del siglo IV, se pueden reconocer (de izquierda a derecha): Abel y Caín haciendo sacrificios ante Dios Padre; la Tentación de Adán y Eva; distintos milagros de Cristo (curación a un paralítico y a un ciego, conversión del agua en vino en Caná y resurrección de Lázaro). En el de abajo de entorno al año 300, se repiten alguna de estas escenas, pero domina sobre todas las historias la de Jonás y la ballena.

  • En segundo lugar, están los sarcófagos que dividen la información iconográfica que pretenden aclarar mediante este recurso las historias narradas. Se utiliza como elemento separador de las escenas columnas o árboles.

  • Por último, están los que utilizan strigiles para reducir el espacio figurativo a una escena central (o dos laterales) . Aquí te ofrezco distintos modelos.



El retrato también puede formar parte del panorama figurativo, incluyéndose en alguno de estos programas predeterminados. Habitualmente se enmarca en un medallón o en una concha (¡de Venus!), como en el de los dos Hermanos que aquí os ofrezco.



El idealismo griego predominaba en la mayoría de los sarcófagos. Las figuras eran premeditadamente ambiguas ya que tenían que enmascarar su mensaje o hacerlo atractivo y asequible para los paganos, por lo que sobre todo en los primeros momentos se confunden con temas paganos. El tema más recurrente es el bucólico de  Cristo como el Buen Pastor, que ya hemos visto anteriormente y el tema báquico de la vendimia que podemos ver combinado en este de aquí abajo de mediados del siglo IV.




El sarcófago de Junio Basso.

Junio Basso fue un rico patricio romano, praefectus urbi durante el gobierno de Constancio II y recién convertido al cristianismo antes de su muerte. Su muerte tuvo lugar el 359. Sabemos estos datos por una inscripción que se conserva sobre el piso superior.

Ficha técnica.
Material. Mármol de Carrara.
Dimensiones. 234 x 142 cms.



Descripción. Es un sarcófago trabajado en relieve en tres de sus caras. La frontal contiene 10 escenas cristianas en altorrelieve, repartidas entre dos pisos y separadas por una estructura arquitectónica de columnas. Las caras laterales representan escenas en bajorrelieves en dos pisos de amorcillos realizando la vendimia. Poseía una tapa figurativa, pero quedan muy pocos restos.


Localización. En la Grutas Vaticanas, bajo la Basílica de San Pedro en el Museo del Tesoro de San Pedro.

FUENTE: Alargos

ARTE PALEOCRISTIANO Y BIZANTINO


martes, 6 de noviembre de 2012

EL PANTEÓN

PANTEÓN DE AGRIPA

Se trata del edifico religioso ( templo) más importante de época romana, situado en Roma. El templo es el edificio religioso romano. Este tipo de edificios adquiere rasgos etruscos, pero en lo esencia se asemeja mucho al templo griego. Su finalidad sigue siendo la misma, morada de los dioses.
El Panteón de Agripa fue mandado construir por Agripa en el año 27 a.C., pero reformado en el 120 d.C. por Adriano. Nos ha llegado casi intacto. Desde el exterior no se aprecia la magnitud del templo, que sin embargo en su interior se muestra majestuoso.
Es un templo de planta circular, pero que presenta un pórtico de planta rectangular que nos tapa las características del mismo. En el pórtico se aprecian 8 primeras columnas de grandes dimensiones, más de 12 m. de altura que le da el carácter de pronaos. Esta pronaos presenta la típica fachada de los templos con tímpanos, arquitrabe, friso, techo a dos aguas.
Pero lo grandioso es su interior. Presenta una planta circular, grandiosa y sencilla. Su diametro y altura son de 43 m. ambos. Es la mayor cúpula de la Antiguedad que hace al fiel o al espectador verse empequeñecido. En su parte inferior existe un gran tambor, que es lo que sostiene realmente a la enorme cúpula. Este enorme tambor presenta huecos aprovechadas como si de capillas se tratasen, en las que existen dos columnas corintias que sostienen la parte superior del tambor. Se alternan co esos huecos pequeñas hornacinas. Éstas estan también delimitadas con pilastras con capiteles corintios, sobre ella arquitrabes, frisos, cornisas, pero formando parte del tambor que se sobreeleva, alternando grandes hornacinas con casetones. Termina la fusión del tambor con la cúpula con un juego de cornisas.
La cúpula es de grandes dimensiones y, por lo tanto, muy pesada, cubriendo la totalidad del templo de la naos.
El equilibrio y perdurabilidad de la obra se aseguró por el procedimiento de aligerar la construcción todo lo posible sin reducir la resistencia de la estructura. En el muro que forma el tambor de la cella se practicaron capillas y hornacinas que redujeron el peso. Toda la obra se estrecha a medida que progresa en altura. En las zonas más bajas se incorporaron al hormigón los materiales pétreos más pesados y resistentes a la compresión, mientras que las zonas superiores incluyen otros más ligeros y porosos. En algunos puntos se aligeró la obra mediante la incorporación de ánforas cerámicas en el mortero. Los casetones de la bóveda de media naranja permiten reducir el peso sin debilitar la cubierta. Las capillas y casetones facilitaron el secado de las enormes cantidades de hormigón empleadas.
En el centro de la cúpula un gran óculo, que permite la claridad y servía para la salida de humos.
Este templo se levantó a todos los dioses por lo que fue de los más concurridos y famosos de Roma. Pero su gran aportación a la Historia del Arte es que rompió el concepto religioso griego-romano, pues incita al intimismo religioso ya que no sólo servía como morada de los dioses, sino también para la celebración de cultos.
 
Fuente: http://historiadelhabitat.blogspot.com.es

Comentario Acueducto de Segovia

FICHA TÉCNICA: La Obra que aparece en la imagen es el acueducto de Segovia, obra cumbre de la ingeniería civil romana en Hispania que se ha datado en torno a los siglos I-II d.C.
ANÁLISIS DE LA OBRA: La imagen nos muestra la parte del acueducto en la que éste alcanza su mayor altura alcanzando los 28 metros, con doble arcada de medio punto sobre pilares siendo los de la planta inferior más largos y gruesos que los de la superior. El material empleado es la sillería isodoma, esto es, bloques rectangulares de granito unidos entre sí "a seco", es decir, sin ningún tipo de argamasa o mezcla. En la parte superior del acueducto se usa un opus mixtum con un canal en forma de "U" por donde discurría el agua siguiendo una pendiente continua del 1%. Para cubrir el agua de impureza y suciedad la canalización iba cubierta de tejas.
La obra, dado su carácter funcional, apenas tiene decoración quedando ésta reducida a una inscripción en bronce, hoy desparecida, donde se mencionaba la fecha de construcción y dos nichos que alojarían dioses  locales, entre los que se encontraba una de Hércules Egipcio, fundador mítico de la ciudad y que hoy día albergan dos esculturas cristianas: la Virgen de la Fuenciscla, patrona de Segovia, y San Sebastián.
COMENTARIO: Esta Obra es un extraordinario ejemplo del genio romano para las obras de ingeniería. Así, la necesidad de dotar las ciudades de agua hizo que se creara una red de acueductos que la trasladaran desde los pantanos hasta los núcleos urbanos. Para ello se crearon canalizaciones que aprovechando una pendiente que debía permanecer constante a lo largo del recorrido trasportaban el agua hasta cisternas desde donde se distribuía. El acueducto de Segovía transportaba el agua desde el embalse de Fuenfría, situado a 17 Km en la Sierra, transportándola hasta la ciudad, primeramente hasta una cisterna, conocida como el caserón, desde donde continúa por un canal de sillares hasta una segunda cisterna, la Casa de Aguas, para desde allí recorrer 728 metros con un total de 162 arcos, sencillos en la zona de menor altura, y dobles en las zonas donde el desnivel obligaba a ganar altura para mantener la pendiente siendo la zona donde el acueducto alcanza su imagen más famosa.
CONCLUSIÓN: El acueducto de Segovía es un magnífico ejemplo, no el único aunque sí el mejor conservado, de ingeniería civil romana en España y nos demuestra la importancia que se dio a tales obras siendo donde mejor se muestra el carácter práctico del arte romano y los grandes avances que lograron en obras de ingeniería civil como puentes, calzadas y acueductos, tan vitales para la administración de un imperio basado en grandes ciudades.
 
Fuente: logarteehistoria.blogspot.com.es